La manteca de karité es un lípido vegetal que procede de África y tiene muchísimas posibilidades; pues es súper hidratante, exfoliante….

Pero….¿Cómo se produce?

Es fruto de un árbol salvaje que crece en solo 21 paises africanos. Estos frutos caen al suele y posteriormente son despulpados, se secan y almacenan para elaborar la manteca.

Es un proceso un tanto laborioso y lo efectúan mujeres africanas ( en un marco éticamente responsable) tras la recolección se pasa a la trituración y tostado y finalmente se bate durante una media hora.

¿Cómo reconozco la manteca de karité pura?

El grado de pureza del componente marcará la diferencia mejorando las prestaciones y cualidades de este. La manteca de karité muchas veces se encuentra refinada, y en este caso se pierden muchas de sus propiedades.

La manteca de karité pura tiene un color amarillo oscuro, cercano al dorado y con un olor fuerte a nuez, normalmente se refina para eliminar el olor y sustituirlo por perfumes artificiales.

Aún así, la manteca de karité refinada sigue siendo muy hidratante y con una consistencia cremosa por lo que es más fácil de trabajar y extender que la pura.

Los usos y aplicaciones de la manteca de karité

La manteca de karité es muy versátil, pues se puede usar como crema corporal, facial mascarillas capilares…. E incluso para el cuidado de las uñas.

En el rostro

En el rostro es importante aplicarla en pequeñas cantidades ya que contiene un porcentaje algo elevado de ácidos grasos por lo que una cantidad pequeña es suficiente, sus propiedades hidratantes son maravillosas.

Siempre se suele recomendar su uso durante la noche y con la piel algo húmeda para obtener unos resultados fantásticos.

Para los hombres usarlo como after sabe es una buena opción, pues sus propiedades calmantes son increíbles.